Bueno, ¿hola? Soy el Admin. Leo y vengo a dejar algo súper hyper mega corto porque why not asi que... Antes que nada decir que es un fragmento que he extraído de una historia entre el Admin. Deniss y yo asi que.. Fue sólo algo para practicar pero en vista de lo vacío y abandonado que tenemos el blog...
"A veces, cuando habían días lluviosos en verano, obligaba a Yuo a salir de casa y acompañarme a jugar, o sólo caminar por las calles. A él nunca le ha gustado realmente el frío, su aguante a las bajas temperaturas es inexistente, a diferencia de mí, que no soporto el calor, en verano soy como una estufa sobrecalentada y acabo con fiebres y mareos.
Recuerdo que una de las tantas veces en que lo obligué a acompañarme -reconozco que no fue la única vez- terminamos llendo al parque, nos sentamos en una banca después de que yo resbalara con el barro y cayera -riéndome- de cara en el pasto mojado, recuerdo haberme sentado de mala gana, pues quería jugar más que nada. Sólo tenía 10 años por ese entonces.
Así que sólo me senté a un lado sin hablarle, y de soslayo a momentos lo miraba, para ver si notaba mi "molestia", cosas de niños, querer asegurarte de que sepan que estás molesto...
Pero una de las veces que le miré de soslayo, sostuve la mirada en su rostro, lucía blanco, y sus labios también, con un ligero color damasco. "Se ven como algo muy suave" pensé, bien, ahora lo sé. No son la gran cosa en realidad, pero aún lo ansío como en aquella vez.
Hay cosas que no cambian, y no cambiarán."
"A veces, cuando habían días lluviosos en verano, obligaba a Yuo a salir de casa y acompañarme a jugar, o sólo caminar por las calles. A él nunca le ha gustado realmente el frío, su aguante a las bajas temperaturas es inexistente, a diferencia de mí, que no soporto el calor, en verano soy como una estufa sobrecalentada y acabo con fiebres y mareos.
Recuerdo que una de las tantas veces en que lo obligué a acompañarme -reconozco que no fue la única vez- terminamos llendo al parque, nos sentamos en una banca después de que yo resbalara con el barro y cayera -riéndome- de cara en el pasto mojado, recuerdo haberme sentado de mala gana, pues quería jugar más que nada. Sólo tenía 10 años por ese entonces.
Así que sólo me senté a un lado sin hablarle, y de soslayo a momentos lo miraba, para ver si notaba mi "molestia", cosas de niños, querer asegurarte de que sepan que estás molesto...
Pero una de las veces que le miré de soslayo, sostuve la mirada en su rostro, lucía blanco, y sus labios también, con un ligero color damasco. "Se ven como algo muy suave" pensé, bien, ahora lo sé. No son la gran cosa en realidad, pero aún lo ansío como en aquella vez.
Hay cosas que no cambian, y no cambiarán."
-Leo.
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